Cómo conservar la trufa negra

La trufa negra, o Tuber melanosporum, es un hongo muy apreciado en la gastronomía por su aroma y sabor únicos. Al ser un producto delicado y caro, su conservación adecuada es esencial para mantener todas sus propiedades. En TRUFAM te explicamos algunas de las formas de conservarla:

Si vas a utilizar la en los próximos días:

Envuelve la trufa en papel absorbente o papel de cocina, esto ayudará a absorber la humedad y cámbialo cada 1-2 días para evitar la acumulación de humedad. Guárdala en un frasco hermético o en un recipiente de vidrio en la nevera a una temperatura entre 2-4°C.

Si quieres preservarla lo máximo posible…

Lo más recomendables es que la envuelvas  en una bolsa al vacío , eliminando el máximo aire posible. Esta técnica prolonga su frescura, pero no la conserva indefinidamente. Otra forma es congelarla rallada o en láminas finas y guardarla en porciones para usarla según la vayas necesitando.

En arroz:

Otro método muy común es la conservación en arroz. Coloca la trufa en un frasco hermético lleno de arroz crudo y guárdalo en la nevera, esto hará que el arroz absorba la humedad y ayude a la conserva de la trufa. Tendrás que tener cuidado porque el arroz puede absorber parte del aroma de la trufa, a no ser que quieras utilizarlo para preparar un plato de arroz trufado.

En aceite:

Otra alternativa es conservarla en aceite. Puedes sumergir la trufa en láminas en aceite de oliva para mantener parte de su sabor y propiedades por mayor tiempo.

Te compartimos algunos consejos que te ayudarán a mantener todas las propiedades de la trufa negra:

  1. Evita congelarla repetidamente: Esto hará que pierda gran parte de sus propiedades, por lo que es recomendable hacerlo solo una vez.
  2. No lavar en exceso: No se debe lavar hasta justo antes de usarla ya que el exceso de humedad acelera su deterioro.
  3. Revisar regularmente: Es importante revisar para asegurarte que no se desarrolle el moho.
  4. Se debe consumir en un período máximo de 8 días en caso de guardarlas en la nevera en un recipiente de cristal.
  5. Para conservarla durante un largo periodo debes congelarla asegurándote de que la trufa no respire y con ello pierda su aroma.
  6. Si usas la trufa una vez congelada, es importante que la sirvas sin dejar que se descongele, ya que así no perderá su textura y podrás volver a guardarla en el congelador para futuras ocasiones.